En nariz, el Vodka Xellent ofrece notas dulces similares al azucar refinado y recuerdos de cereza. En boca, tiene un largo recorrido. Si bien de entrada destacan notas dulces almibaradas, poco a poco comienza a desprender nuevos matices de frutas blancas y aromas especiados mientras se abre. Destaca la perfecta sensación que genera al integrarse el grado alcohólico.
El final es largo, muy largo para un vodka y deja sensaciones muy placenteras, recordando a postgustos de rones, whiskyes o tequilas.
Un vodka a descubrir y a disfrutar, solo o con hielo e incluso en cocktail o combinado. En la cata, la gente no creía que estaba tomando un vodka de 40 grados tan suave y con tantos matices agradables de sabor.
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